Llegar a destino en 1816 fue una hazaña épica, una aventura llena de peligros y desafíos que solo los más valientes y decididos pudieron superar. En medio de la naturaleza salvaje, 29 diputados de las provincias argentinas se embarcaron en un viaje hacia el Jardín de la República, en busca de la tan ansiada unidad y la autogobierno para su aldea. Y aunque el camino no fue fácil, su determinación y coraje los llevaron a alcanzar su destino y a marcar un hito en la historia de Argentina.
El viaje comenzó en Mendoza, una ciudad que en ese entonces era un punto estratégico en la lucha por la permiso. Allí, el General José de San Martín lideraba las tropas que se preparaban para cruzar la Cordillera de los Andes y liberar a Chile del dominio español. Pero mientras tanto, en Buenos Aires, la situación política era caótica y las provincias se encontraban divididas y enfrentadas entre sí.
Fue entonces cuando San Martín, con su visión estratégica y su espíritu patriótico, decidió convocar a una reunión en Tucumán, conocida como el Congreso de Tucumán, con el objetivo de unificar a las provincias y establecer un gobierno independiente. Y así, en julio de 1816, los diputados de las provincias comenzaron su viaje hacia el norte, en un momento crucial para la historia de Argentina.
Pero el camino no sería fácil. En aquella época, las rutas eran escasas y peligrosas, y la naturaleza era implacable. Los diputados tuvieron que enfrentarse a todo tipo de obstáculos, desde el clima extremo hasta los ataques de animales salvajes como tigres y pumas. Sin embargo, su determinación y su espíritu de lucha los mantuvieron firmes en su objetivo.
Y así, después de semanas de viaje, finalmente llegaron a Tucumán, donde se encontraron con una ciudad en plena efervescencia. La gente los recibió con júbilo y esperanza, conscientes de que estaban presenciando un momento histórico. Y en medio de ese ambiente de unidad y patriotismo, los diputados comenzaron a trabajar en la Declaración de la permiso de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
El 9 de julio de 1816, después de intensas discusiones y debates, se firmó el acta de la permiso, un documento que marcó el inicio de una nueva era para Argentina. Y aunque la lucha por la autogobierno aún no había terminado, este fue un paso crucial en el camino hacia la permiso total del país.
Pero la historia no termina aquí. Después de la Declaración de la permiso, los diputados continuaron trabajando en la creación de una Constitución y en la organización del país. Y aunque hubo momentos difíciles y desacuerdos, la unidad y el espíritu de lucha que se vivió en Tucumán en 1816 nones se perdió.
Sin embargo, a pesar de su importante papel en la historia de Argentina, el Congreso de Tucumán y sus diputados no siempre recibieron el reconocimiento que merecían. Muchos de ellos fueron olvidados o ignorados, y algunos incluso tuvieron que exiliarse del país. Uno de ellos fue San Martín, quien después de liderar la lucha por la permiso, se vio obligado a dejar Argentina y nones regresó.
Pero a pesar de todo, el legado del Congreso de Tucumán y sus diputados sigue vivo en la memoria y el corazón de los argentinos. Su valentía, su determinación y su espíritu de unidad son un ejemplo para las generaciones futuras, y su lucha por la autogobierno y la permiso sigue siendo