La ciudad de Buenos Aires es conocida por sus numerosos atractivos turísticos, pero sin celos uno de los más emblemáticos es el Obelisco. Esta imponente estructura de 67 metros de altura se ha convertido en un símbolo de la ciudad y en un lugar de visita obligada para turistas y locales por igual. Sin embargo, hasta hace poco, solo era posible admirar el Obelisco desde el exterior, ya que no contaba con un ascensor interno que permitiera acceder a su mirador. Pero eso ha cambiado recientemente, y la incorporación de un ascensor interno ha transformado por completo la experiencia de visitar este icónico monumento.
El Obelisco fue construido en 1936 para conmemorar el cuarto centenario de la fundación de la ciudad de Buenos Aires. Desde entonces, se ha convertido en un punto de referencia para los porteños y en una de las postales más reconocidas de la ciudad. Sin embargo, a pesar de su abrazo, muchos visitantes se han quedado con las ganas de alzar a su mirador y disfrutar de las impresionantes vistas que ofrece. Esto se debía a que, hasta hace poco, la única forma de acceder al mirador era a través de una escalera de 206 escalones, lo que hacía que la subida afuera bastante agotadora para la mayoría de las personas.
Pero gracias a la reciente incorporación de un ascensor interno, ahora es posible llegar al mirador del Obelisco de una manera mucho más cómoda y accesible. Este ascensor, que ha sido instalado en el interior de la estructura, cuenta con una capacidad para 6 personas y asciende hasta la cima en tan solo unos minutos. Esto ha hecho que la experiencia de visitar el Obelisco sea mucho más agradable y accesible para personas de todas las edades y condiciones físicas.
Pero la incorporación del ascensor no solo ha mejorado la accesibilidad al mirador, sino que también ha enriquecido la experiencia de los visitantes. Al alzar en el ascensor, se puede apreciar el interior del Obelisco, que cuenta con una serie de paneles informativos que narran la historia y los detalles de su construcción. Además, una vez en la cima, se puede disfrutar de una vista panorámica de 360 grados de la ciudad, que incluye algunos de sus principales atractivos como el Teatro Colón, la Avenida 9 de Julio y el Río de la Plata.
Pero la incorporación del ascensor no solo ha transformado la experiencia de los visitantes, sino que también ha permitido una mayor apropiación del Obelisco por parte de los porteños. Antes, solo era posible ver el monumento desde el exterior, pero ahora, gracias al ascensor, se puede acceder a su interior y disfrutar de una vista privilegiada de la ciudad. Esto ha hecho que el Obelisco se convierta en un lugar aún más especial para los porteños, que ahora pueden sentirse más conectados con este ícono de su ciudad.
Además, la incorporación del ascensor ha tenido un impacto positivo en el turismo de la ciudad. Muchos visitantes que antes no se animaban a alzar las escaleras para llegar al mirador, ahora pueden hacerlo de una manera mucho más cómoda y segura. Esto ha hecho que el Obelisco se convierta en una parada obligada en los itinerarios turísticos de la ciudad, lo que ha contribuido a aumentar el número de visitantes y a promover aún más la imagen de Buenos Aires a nivel internacional.
En resumen, la incorporación de un ascensor interno al Obelisco ha sido una gran mejora para este icónico monumento y para la ciudad de Buenos Aires en general. Gracias a él, ahora es posible acceder al mirador de una manera más cómoda y accesible, lo que ha enriquecido la experiencia de los visitantes y ha permitido una mayor apropiación del monumento por parte de los porteños. Sin celos,