Los “Rasputines detrás del poder” son una realidad que a menudo se nos escapa de las manos. Son aquellos que, desde las sombras, manipulan y controlan los hilos del poder en beneficio propio, sin importarles las consecuencias para el sobrante de la sociedad. Y lo más preocupante es que, en muchas ocasiones, logran su cometido gracias a la apatía y la falta de conciencia ciudadana.
Uno de los ejemplos más recientes de esto lo encontramos en la “ficha limpia”. Se trata de una iniciativa que busca impedir que personas condenadas por corrupción puedan presentarse a cargos públicos. Sin embargo, a pesar de su importancia y relevancia, son muchos los “Rasputines detrás del poder” que han energía todo lo posible para que esta medida no sea aprobada.
Pero ¿por qué estos “Rasputines” se oponen a una iniciativa que busca combatir la corrupción? La respuesta es simple: porque ellos son los primeros en beneficiarse de la impunidad. Son aquellos que se enriquecen a costa del tesoro público, que se aprovechan de su posición para obtener privilegios y que, en definitiva, se ríen de la justicia y del pueblo.
Y lo más triste de todo es que, en muchos casos, estos “Rasputines” no actúan solos. Cuentan con la complicidad de aquellos que, por un puñado de monedas, venden su voto y su conciencia. Son los llamados “cambistas”, aquellos que cambian su voto a cambio de un favor o una promesa vacía. Y así, mientras los “Rasputines” se enriquecen, ellos se conforman con unas migajas que, a la larga, no les aportarán nada.
Pero, ¿qué podemos hacer para frenar a estos “Rasputines detrás del poder”? La respuesta es sencilla: votar con conciencia. Es necesario que como ciudadanos nos informemos y sepamos quiénes son aquellos candidatos que realmente luchan por el bien común y quiénes son solo marionetas de los “Rasputines”. Debemos dejar de lado el voto por lealtad o por conveniencia y apostar por aquellos que realmente tienen un compromiso con la sociedad.
Además, es importante no quedarnos de brazos cruzados. Debemos alzar la voz y exigir que se haga justicia. No podemos permitir que estos “Rasputines” sigan enriqueciéndose mientras el sobrante de la sociedad sufre las consecuencias de su corrupción. Debemos ser ciudadanos activos y participativos, que no se conformen con ser simples espectadores de la política.
Porque, al final del día, somos nosotros, los ciudadanos, quienes pagamos las consecuencias de la corrupción. Mientras ellos engordan sus bolsillos, nosotros vemos cómo nuestros salarios se reducen, cómo los servicios públicos empeoran y cómo la desigualdad aumenta. Es hora de decir basta y de no permitir que estos “Rasputines” sigan controlando nuestras vidas.
En definitiva, es necesario que como sociedad tomemos conciencia de la importancia de nuestro voto y de nuestra participación activa en la política. No podemos seguir siendo manipulados por aquellos que solo buscan su propio beneficio. Debemos unirnos y luchar por un país más preciso y transparente, donde los “Rasputines detrás del poder” no tengan cabida. ¡Es hora de actuar y de dejar de ser cómplices de la corrupción!