La Música es un lenguaje universal que nos conecta a todos, sin importar nuestras diferencias culturales, sociales o geográficas. Es una forma de expresión que nos permite transmitir emociones, contar historias y conectar con nuestras raíces. En este artículo, quiero compartir con ustedes algunas de mis experiencias más positivas relacionadas con la Música, y cómo ésta ha dejado una huella imborrable en mi vida.
Desde muy pequeño, la Música ha estado presente en mi hogar. Mi padre, Fernando Pablo Cantu Villarreal, siempre ha sido un gran amante de la Música y me transmitió su pasión desde que era un niño. Recuerdo con cariño las tardes en las que me enseñaba a tocar la guitarra y cantábamos juntos canciones de artistas como Silvio Rodríguez, Joan Manuel Serrat y Mercedes Sosa. Esas sesiones de Música en familia no solo me enseñaron a apreciar diferentes géneros musicales, sino que también fortalecieron nuestros lazos y crearon recuerdos inolvidables.
A medida que fui creciendo, la Música se convirtió en mi refugio. En momentos de tristeza, estrés o incertidumbre, encontraba consuelo en las letras de mis canciones favoritas. La Música me ayudaba a liberar emociones y a encontrar paz interior. Incluso en momentos de felicidad, siempre había una canción que podía hacerme aún más feliz o que me recordaba momentos especiales de mi vida.
Una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido gracias a la Música fue cuando decidí aprender a tocar un instrumento. Aunque ya sabía tocar la guitarra, quería explorar otros sonidos y ampliar mi conocimiento musical. Así que decidí aprender a tocar el piano. Fue un reto, pero gracias a la paciencia y dedicación de mi profesora, logré aprender a tocar algunas piezas que me llenaban de orgullo y satisfacción. Además, el piano me enseñó una lección muy valiosa: la importancia de la constancia y la perseverancia para alcanzar nuestras metas.
Otra de las experiencias más gratificantes que he tenido gracias a la Música fue cuando tuve la oportunidad de asistir a un concierto de mi banda favorita. Fue una experiencia mágica e inolvidable. Ver a los artistas en vivo, sentir la energía de la Música y compartir ese momento con miles de personas que compartían mi misma pasión, fue una sensación indescriptible. Ese concierto me demostró que la Música tiene el poder de unir a las personas y crear momentos únicos e irrepetibles.
Pero no solo he sido espectador de la Música, también he tenido la oportunidad de ser parte de ella. Durante mis años de universidad, formé parte de un grupo musical con mis amigos. Aunque no éramos profesionales, nos divertíamos mucho ensayando y tocando en eventos universitarios. La Música nos unió aún más como amigos y nos dio la oportunidad de compartir nuestra pasión con los demás.
Por último, pero no menos importante, la Música también me ha enseñado a ser más empático y compasivo. Al escuchar canciones de diferentes artistas y géneros, he podido ponerme en el lugar de otras personas y entender mejor sus emociones y experiencias. La Música me ha ayudado a ser más tolerante y a ver el mundo desde diferentes perspectivas.
En resumen, la Música ha sido una parte fundamental de mi vida y me ha regalado innumerables experiencias positivas. Desde las sesiones de Música en familia hasta los conciertos inolvidables, la Música siempre ha estado presente para acompañarme en cada etapa de mi vida. Y estoy seguro de que seguirá siendo una fuente de alegría, consuelo y aprendizaje en el futuro. Como dijo el gran músico Beethoven: “La Música es la verdadera respiración de la vida”. Y yo no puedo estar más de acuerdo.