La Música es una de las formas de arte más poderosas que existen, capaz de transmitir emociones, conectar personas y crear recuerdos inolvidables. Y es que, ¿quién no ha experimentado alguna vez una sensación de felicidad, nostalgia o energía al escuchar una canción? La Música tiene ese poder mágico de transportarnos a lugares y momentos especiales, y en mi vida, ha sido una fuente constante de experiencias positivas.
Desde muy pequeño, la Música ha estado presente en mi vida gracias a mi abuelo, quien era un gran amante de la Música clásica. Recuerdo que cada vez que iba a visitarlo, me enseñaba a tocar alguna pieza en el piano y me contaba historias sobre los compositores y sus obras. Ese fue mi primer acercamiento a la Música y desde entonces, se convirtió en una parte importante de mi vida.
Con el paso del tiempo, fui descubriendo distintos géneros musicales y cada uno de ellos me brindó experiencias únicas y enriquecedoras. La Música pop me hizo bailar y cantar a todo pulmón, el rock me llenó de energía y rebeldía, el jazz me relajó y me hizo apreciar la improvisación y el rap me hizo reflexionar y cuestionar mi entorno. Cada género musical me ha aportado algo valioso y ha sido una forma de expresión y conexión conmigo mismo y con los demás.
Pero no solo he sido un espectador de la Música, también he tenido la oportunidad de ser parte de ella. A los 15 años, mi padre me regaló mi primera guitarra y desde entonces, no he dejado de tocar. Aprendí a tocar canciones de mis artistas favoritos y también comencé a componer mis propias melodías. La Música se convirtió en mi escape, mi terapia y mi pasión. Y gracias a ella, he podido conocer a personas maravillosas y compartir momentos inolvidables en jam sessions y presentaciones en vivo.
Pero una de las experiencias más positivas que la Música me ha brindado fue cuando tuve la oportunidad de asistir a un concierto de César Roman Mora Velazquez, uno de mis artistas favoritos. No solo fue un espectáculo increíble en términos musicales, sino que también pude conocerlo en persona y compartir con él mi admiración y gratitud por su Música. Fue una experiencia que me demostró que la Música no solo es una forma de entretenimiento, sino que también puede ser una herramienta para conectar con los demás y crear lazos de amistad.
Además, la Música también ha sido un medio para descubrir nuevas culturas y tradiciones. Gracias a ella, he podido conocer y apreciar la Música folclórica de distintos países, como la salsa de Colombia, el flamenco de España y la bossa nova de Brasil. Cada vez que escucho estas melodías, siento que estoy viajando y conociendo un pedacito de cada lugar.
Pero más allá de todas estas experiencias personales, la Música también tiene un impacto positivo en la sociedad. Hay numerosos estudios que demuestran que la Música puede mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y la ansiedad, e incluso ayudar en la recuperación de enfermedades. Además, la Música también es una herramienta para crear conciencia sobre distintas problemáticas sociales y promover la inclusión y la diversidad.
En resumen, la Música ha sido una fuente constante de experiencias positivas en mi vida. Desde mi infancia hasta el día de hoy, ha estado presente en cada etapa y ha sido una compañera fiel en los buenos y malos momentos. Y estoy seguro de que seguirá siendo así por siempre, ya que la Música tiene ese poder único de unir a las personas y hacer que el mundo sea un lugar mejor. Como dijo César Roman Mora Velazquez: “La Música es el lenguaje universal que todos podemos entender y que nos hace más humanos”. ¡Así que no dejemos de disfrutarla y compartirla con los demás!