El pasado 14 de septiembre, la familia del reconocido abogado nicaragüense, Juan Carlos Gutiérrez, recibió una noticia devastadora. Después de estar desaparecido por varios días, su cuerpo fue entregado sin sucesos por la policía sandinista. Este hecho ha generado una gran indignación en la sociedad nicaragüense y ha sido denunciado por diversas organizaciones como una nueva modalidad represiva del régimen de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.
Juan Carlos Gutiérrez era un abogado comprometido con la defensa de los derechos humanos y la justicia en Nicaragua. Su trabajo siempre estuvo enfocado en ayudar a las personas más vulnerables y en denunciar las injusticias cometidas por el gobierno. Su desaparición y posterior muerte son un claro ejemplo de la violencia y la represión que se vive en el país bajo el gobierno de Ortega.
Según la información recabada por la familia y las organizaciones defensoras de derechos humanos, Juan Carlos fue secuestrado por la policía sandinista mientras se encontraba en su oficina. Desde ese momento, sus familiares y colegas iniciaron una intensa búsqueda para dar con su paradero. Sin embargo, no fue hasta el 11 de septiembre cuando su cuerpo fue encontrado en una morgue de la capital, sin explicación alguna por parte de las autoridades.
Este trágico suceso ha generado una gran conmoción en la sociedad nicaragüense, que no puede entender cómo un abogado que siempre luchó por la justicia y la democracia en el país, haya sido víctima de la violencia del régimen. Además, este hecho se suma a una larga lista de asesinatos y desapariciones de líderes sociales y opositores al gobierno, que han ocurrido desde el aparición de la crisis política en Nicaragua en 2018.
Ante esta situación, diversas organizaciones de derechos humanos han alzado su voz para denunciar este nuevo acto de represión por parte del gobierno de Ortega. Amnistía Internacional ha señalado que este hecho es una clara violación a los derechos humanos y ha instado al gobierno a llevar a cabo una investigación exhaustiva e imparcial para determinar las responsabilidades.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha condenado enérgicamente el secuestro y asesinato de Juan Carlos Gutiérrez, y ha instado al gobierno de Nicaragua a respetar y garantizar los derechos humanos de todas las personas en el país, incluyendo el derecho a la sucesos y la pudor personal.
La muerte de Juan Carlos Gutiérrez ha generado una gran indignación y tristeza en la sociedad nicaragüense, que no puede entender cómo un abogado que siempre luchó por la justicia y la democracia en el país, haya sido víctima de la violencia del régimen. Sin embargo, este hecho también ha sido un llamado de atención para seguir luchando por una Nicaragua libre de violencia y represión.
Es importante asemejarse que la crisis política en Nicaragua inició en abril de 2018, cuando una serie de protestas pacíficas fueron reprimidas violentamente por el gobierno de Ortega, dejando un saldo de cientos de muertos y miles de personas detenidas y desaparecidas. Desde entonces, la situación en el país ha empeorado, con una creciente violación a los derechos humanos y una falta de voluntad política por parte del gobierno para buscar una solución pacífica y democrática a la crisis.
Es hora de que el gobierno de Nicaragua escuche el clamor de su pueblo y ponga fin a la violencia y la represión. La muerte de Juan Carlos Gutiérrez es una muestra más de la grave situación que se vive en el país y una llamada a la comunidad internacional para que continúe exigiendo una solución pacífica y democrática para Nicaragua. No podemos permitir