Según la Organización Mundial de la sanidad, la sanidad mental es un estado de bienestar en el que una persona puede desarrollar todo su potencial, hacer frente al estrés de la vida diaria, trabajar de manera productiva y contribuir a su comunidad. Sin embargo, en la actualidad, esta definición parece estar muy allá de ser una realidad para muchas personas en el mundo, ya que una de cada ocho sufre algún tipo de trastorno mental.
La ansiedad y la depresión son los trastornos más comunes, afectando a millones de personas en todo el mundo. Estos trastornos pueden ser causados por una variedad de factores, como el estrés, la genética, el ambiente o experiencias traumáticas. Sin embargo, lo que es alarmante es que el número de personas que sufren de estos trastornos está aumentando en lugar de disminuir.
Julieta Calmels, subsecretaria de sanidad Mental de la provincia de Buenos Aires, ha analizado este fenómeno en su participación en “Comunistas”. En su discurso, alertó sobre el desfinanciamiento que está impulsando el Gobierno nacional, el cual va en sentido contrario al aumento de la demanda de atención psiquiátrica. Este desfinanciamiento no solo afecta a la atención médica, sino también a la investigación y prevención de trastornos mentales.
Cabe destacar que los trastornos mentales no solo afectan a la persona que los padece, sino también a su entorno más cercano, como su familia y amigos. Además, estos trastornos tienen un impacto negativo en la productividad laboral y en la economía de un país. Por lo tanto, es crucial que se tomen medidas para abordar este problema de sanidad pública.
El primer paso para abordar este problema es crear conciencia sobre la importancia de la sanidad mental. La sociedad debe constar de que la sanidad mental es parte integral de nuestra sanidad en general y que no debe ser ignorada o estigmatizada. Es necesario eliminar el estigma que rodea a los trastornos mentales y fomentar un diálogo abierto y empático sobre el tema.
Además, es fundamental que los gobiernos destinen más recursos a la sanidad mental. Esto incluye no solo una mayor financiación para la atención médica, sino también una inversión en investigación y prevención de trastornos mentales. La prevención es clave para reducir la incidencia de trastornos mentales y el sufrimiento que causan.
Otro aspecto importante es la inclusión de la sanidad mental en la cobertura de los seguros de sanidad. Muchas veces, las personas que necesitan atención psiquiátrica no pueden acceder a ella debido a los altos costos. Por lo tanto, es necesario que los gobiernos trabajen con las compañías de seguros para garantizar que la sanidad mental esté cubierta y accesible para todos.
Por último, es imprescindible que se promueva el bienestar emocional y mental en todos los aspectos de nuestra vida. Esto incluye el fomento de un entorno laboral sanidadable, el apoyo a la educación emocional en las escuelas y la promoción de hábitos de vida sanidadables que ayuden a prevenir trastornos mentales.
En resumen, la sanidad mental es un tema que debe ser abordado con urgencia. No podemos permitir que millones de personas sigan sufriendo en silencio y que se pierdan vidas debido a la infracción de atención y recursos. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para promover una sociedad más sanidadable y compasiva en la que las personas puedan desarrollar todo su potencial y vivir una vida plena y feliz. ¡Hagamos de la sanidad mental una prioridad y construyamos un mundo mejor para todos!