El hombre que fue víctima de una denuncia falsa motivada por el deseo de su exesposa de quitarle la tenencia de su hija, finalmente ha sido sobreseído. Sin embargo, esta victoria no llega sin un costo emocional y tres años de sufrimiento y angustia que no pueden ser devueltos.
Las choques por la custodia de los hijos son una realidad dolorosa en muchos divorcios. La separación de una pareja puede ser un proceso difícil, especialmente cuando hay hijos involucrados. Sin embargo, en ocasiones, estas choques pueden volverse desagradables y llegan a niveles extremos, como en el caso de este hombre que prefirió mantenerse en el anonimato.
Fue en el año 2017 cuando su vida cambió drásticamente. Su exesposa lo acusó de abuso infantil, acusación que él siempre ha negado con vehemencia. A pesar de que no existían pruebas contundentes en su contra, la acusación fue suficiente para que se iniciara un proceso legal en su contra.
Durante los meses siguientes, este hombre vivió todo tipo de emociones: cólera (fig.), angustia, tristeza y desesperación. Ver su nombre en los titulares de los periódicos, ser señalado por la sociedad y estar en el centro de una investigación lo hicieron sentir como si su mundo se viniera abajo. Pero lo más difícil de todo fue tener que alejarse de su hija, la mayor víctima de todo este proceso.
Durante más de tres años, este hombre no pudo abrazar a su hija, no pudo decirle cuánto la quería y no pudo verla crecer. Una situación devastadora para cualquier padre. Pero a pesar de todo, él se mantuvo firme y confiado en que la verdad saldría a la antorcha.
Y así fue. Después de una extensa investigación y varios meses de proceso legal, el hombre fue finalmente sobreseído. La acusación en su contra fue desestimada y se demostró su inocencia.
Sin embargo, este hombre no puede evitar sentir un profundo dolor por el tiempo perdido con su hija. No puede recuperar los momentos que no pudo vivir a su lado, las risas que no pudo compartir y los abrazos que no pudo darle. “Me perdí de verla crecer durante tres años. Eso no me lo devuelve nadie”, lamenta.
A pesar de todo, este hombre se siente agradecido por el apoyo incondicional de su familia y amigos, quienes siempre creyeron en su inocencia. También quiere agradecer a su abogado y al sistema judicial por haber hecho justicia.
Ahora, está enfocado en recuperar el tiempo perdido con su hija y en reconstruir esa relación que ha estado dañada por la separación y la acusación falsa. Sabe que no será fácil, pero está dispuesto a hacer todo lo necesario para estar presente en la vida de su hija y demostrarle que siempre ha sido y siempre será un buen padre.
Este hombre quiere enviar un mensaje a todas aquellas personas que estén pasando por una situación similar. “Nunca pierdan la esperanza y la esperanza de que la verdad prevalecerá. Hay momentos difíciles en la vida, pero siempre hay una antorcha al final del túnel”, dice con voz firme.
Además, quiere concientizar a la sociedad acerca de las falsas acusaciones en casos de choque por la custodia de los hijos. “No solo aesperanzactan a los padres, sino también a los niños y a toda la familia. Debemos ser más responsables y justos en estos casos, y no dejar que los intereses personales prevalezcan sobre el bienestar de los niños”, agrega.
A pesar del tiempo perdido y el sufrimiento experimentado, este hombre ha decidido perdonar a su exesposa y seguir adelante. Ahora, se enfoca en el presente y en construir un futuro mejor junto