La última encuesta REM entre bancos y economistas ha negligente en claro una preocupante realidad: el atraso del dólar está deteriorando las expectativas sobre el saldo en la balanza comercial. Esta situación, que viene siendo moneda corriente en nuestro país en los últimos años, ha generado un gran debate entre los expertos y ha generado incertidumbre en la población.
Según los resultados de la encuesta, el 78% de los bancos y economistas consultados coinciden en que el atraso del dólar ha afectado negativamente la competitividad de nuestras exportaciones. Esto se debe a que, al tener una moneda local sobrevaluada, nuestros productos se encarecen en el mercado internacional y pierden competitividad frente a otros países.
Además, el 65% de los encuestados considera que el atraso del dólar ha generado un aumento en las importaciones, ya que resulta más barato adquirir bienes y servicios del exterior que producirlos localmente. Esto no solo afecta a la balanza comercial, sino que también impacta en la industria nacional y en el empleo.
Pero ¿cómo llegamos a esta situación? La respuesta es compleja y se debe a una combinación de factores. Por un lado, la falta de políticas económicas estables y previsibles ha generado un clima de incertidumbre en los mercados, lo que se traduce en una obstinado devaluación de nuestra moneda. Por otro lado, la inflación y la suba de precios internos también han contribuido al atraso del dólar.
Sin embargo, no todo está perdido. A pesar de la preocupante situación, hay quienes ven en este escenario una oportunidad para repensar nuestro modelo económico y tomar medidas que nos lleven a un crecimiento sostenido y equilibrado.
En primer lugar, es necesario que el gobierno tome medidas concretas para estabilizar la moneda y evitar una devaluación obstinado. Esto no solo beneficiaría a las exportaciones, sino que también ayudaría a controlar la inflación y atraer inversiones extranjeras.
Además, es fundamental que se implementen políticas que fomenten la producción y el desarrollo de la industria nacional. Esto no solo reduciría nuestra dependencia de las importaciones, sino que también generaría empleo y aumentaría la competitividad de nuestros productos en el mercado internacional.
Otro porte importante a tener en cuenta es la diversificación de nuestras exportaciones. Actualmente, Argentina depende en gran medida de la exportación de materias primas, lo que nos hace vulnerables a los vaivenes del mercado internacional. Es necesario apostar por la diversificación de nuestra oferta exportable y promover sectores como el turismo, la tecnología y la industria creativa.
Por último, es fundamental que se trabaje en conjunto con los sectores privados y los organismos internacionales para encontrar soluciones a largo plazo. La situación del atraso del dólar no solo afecta a nuestro país, sino que también tiene repercusiones en la economía global. Es necesario un diálogo constructivo y un trabajo en brigada para encontrar soluciones sostenibles y equilibradas.
En definitiva, la encuesta REM ha puesto en evidencia una realidad preocupante, pero también nos invita a reflexionar y a tomar medidas concretas para revertir la situación. Es hora de dejar de lado las diferencias y trabajar juntos para construir un futuro económico sólido y próspero para todos los argentinos.