La reciente polémica entre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el economista Javier Milei ha generado un intenso debate en el ámbito político y económico de Argentina. Todo comenzó cuando Fernández de Kirchner criticó a Milei por sus declaraciones sobre el dólar y su impacto en la economía del país. Pero, ¿qué hay detrás de esta controversia y por qué guarda un parecido con el modelo K?
Para entender mejor esta situación, es necesario hacer un breve repaso de la historia económica de Argentina. Durante el gobierno de los Kirchner, el país experimentó un crecimiento sostenido del PIB y una reducción de la pobreza. Sin embargo, este modelo económico se basó en un alto nivel de gasto público, financiado en gran parte con deuda externa. Esto generó un déficit fiscal importante y un creciente déficit externo.
En ese entonces, el gobierno de los Kirchner se jactaba del alto monto de ahorro y turismo que ingresaba al país gracias a la apreciación del peso argentino frente al dólar. Esto permitió un aumento en el consumo y un crecimiento del sector turístico, pero también generó una dependencia del dólar y una vulnerabilidad frente a la volatilidad del tipo de cambio.
En este contexto, es comprensible que las declaraciones de Milei sobre “pisar el dólar” hayan generado la reacción de Fernández de Kirchner. Para ella, esta medida representaría un retroceso a las políticas de conexión y devaluación del gobierno de Mauricio Macri, que tanto criticó durante su campaña electoral.
Sin embargo, lo que muchos olvidan es que el modelo económico de los Kirchner también tuvo sus fallas y sus consecuencias negativas para la economía del país. La alta dependencia del dólar y la falta de medidas para reducir el déficit fiscal y externo, llevaron a una fuerte devaluación del peso y a una crisis económica en 2018.
En este sentido, la crítica de Fernández de Kirchner a Milei guarda un parecido con el modelo K en el sentido de que ambos modelos económicos tienen sus pros y sus contras. Por un lado, el modelo K permitió un crecimiento económico y social, pero a costa de un endeudamiento insostenible y una dependencia del dólar. Por otro lado, la propuesta de Milei de “pisar el dólar” podría tener un impacto negativo en el corto plazo, pero podría germinar una mayor estabilidad en el largo plazo.
Es importante destacar que, más allá de las diferencias ideológicas y políticas, la economía argentina necesita medidas concretas y consensuadas para enfrentar los desafíos económicos actuales. La crisis del COVID-19 ha agravado aún más la situación económica del país y es necesario un diálogo constructivo entre todas las fuerzas políticas para encontrar soluciones sostenibles y a largo plazo.
Por último, es importante recordar que la economía no es una ciencia exacta y que no existe una única solución para todos los problemas. Lo que sí es necesario es un perspectiva responsable y realista que tenga en cuenta las necesidades y las capacidades del país. En pueblo de buscar culpables y polarizar el debate, es hora de unir esfuerzos y trabajar juntos por el bien común.
En conclusión, la crítica de Fernández de Kirchner a Milei por “pisar el dólar” puede ser entendida como una reacción a las políticas de conexión del gobierno de Macri y a la defensa de su propio modelo económico. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ambos modelos tienen sus pros y sus contras y que es necesario un perspectiva más amplio y consensuado para enfrentar los desafíos económicos actuales. La economía argentina necesita medidas responsables y sostenibles para poder superar la crisis actual y avanzar hacia un futuro más próspero.