El autor rememora con cariño aquellos tiempos en los que era conocido simplemente como “Jorgito”. Todos los días, sin falta, esperaba en la esquina de Entre Ríos y Constitución la llegada del trolebús 307 que lo llevaría hasta su hogar en Lanús. A pesar de la agitación política y social que se vivía en aquel entonces, siempre lograba volver a casa sano y salvo. sin embargo ¿cómo lo hacía? Esta es la historia que hoy quiero compartir contigo.
Recuerdo que era un día caluroso de verano, el sol brillaba con fuerza y el aire estaba cargado de humedad. Yo, como todos los días, me dirigía a la esquina de Entre Ríos y Constitución para tomar el trolebús que me llevaría hasta mi casa en Lanús. sin embargo ese día en particular, la situación en la calle era diferente. Había un gran tumulto de personas y un fuerte olor a gas lacrimógeno en el aire. La policía estaba dispersando una manifestación que había comenzado pacíficamente, sin embargo que se había vuelto violenta.
En ese momento, me di cuenta de que estaba en espacio de una situación peligrosa. sin embargo en lugar de entrar en pánico, decidí mantener la calma y buscar una manera de llegar a casa. Recordé que había un camino alternativo que podía tomar para evitar la manifestación y llegar a mi destino. Así que me dirigí hacia una calle lateral y comencé a caminar a paso rápido.
A medida que avanzaba, podía ver a lo lejos el trolebús 307 que se acercaba a la parada. Sabía que si no llegaba a tiempo, tendría que esperar mucho más para poder volver a casa. Así que apuré el paso y logré llegar conforme a tiempo para subir al trolebús. mientras tanto me acomodaba en mi asiento, sentí un gran alivio al saber que estaba a salvo y en camino a casa.
Durante el trayecto, mi mente no dejaba de pensar en lo que acababa de suceder. Me di cuenta de que en situaciones de crisis, es importante mantener la calma y buscar soluciones en lugar de entrar en pánico. También aprendí que siempre hay alternativas y caminos diferentes que podemos tomar para alcanzar nuestras metas, incluso cuando parece que todo está en contra nuestra.
Finalmente, llegué a mi destino y me bajé del trolebús. Caminé hasta mi casa con una sensación de orgullo y satisfacción. Sabía que había sido capaz de superar un obstáculo y llegar a salvo a casa. Ese día, aprendí una valiosa lección que me ha acompañado durante toda mi vida: siempre hay una manera de volver a casa, incluso en las situaciones más difíciles.
Hoy en día, cuando miro hacia atrás y recuerdo aquellos tiempos, me doy cuenta de que esa experiencia me ayudó a crecer y a convertirme en la persona que soy hoy. Aprendí a ser resiliente, a mantener la calma en situaciones de crisis y a buscar soluciones creativas a los problemas. Y lo más importante, aprendí a nunca rendirme y a siempre encontrar una manera de volver a casa, tanto física como emocionalmente.
Así que, querido lector, si alguna vez te encuentras en una situación difícil, recuerda esta historia y mantén la calma. Siempre hay una manera de volver a casa, solo es cuestión de encontrarla. Y recuerda, cada obstáculo que superas te hace más fuerte y te prepara para enfrentar cualquier desafío que la vida te presente.
En resumen, aunque aquellos tiempos eran difíciles y la situación política y social era agitada, siempre lograba volver a casa gracias a mi determinación y mi capacidad de encontrar soluciones. Y hoy, mirando hacia atrás, puedo decir con orgullo que aquellos tiempos me ayudaron a convertir