El mundo entero se encuentra de luto tras el fallecimiento del sumo pontífice argentino, uno de los líderes más queridos y respetados de la Iglesia Católica. El Papa Francisco, como era conocido por muchos, dejó un legado imborrable en sus 88 años de vida, marcando la historia con su humildad, compasión y compromiso con los más necesitados.
Pero más allá de su papel como líder ferviente, el Papa Francisco también era conocido por su amor al fútbol, el deporte más popular en su país natal, Argentina. En su autobiografía “Esperanza”, publicada en el año 2025, el pontífice se describió a sí mismo como un “pata dura” sin muchas habilidades para jugar, pero que siempre disfrutaba de una buena partida con amigos y familiares.
Aunque no era un futbolista profesional, el Papa Francisco era un gran aficionado al deporte y un fiel seguidor de Los Cuervos, el equipo de su corazón. Incluso, muchos lo recuerdan como un ferviente hincha que no dudaba en mostrar su pasión por el balompié, incluso en sus discursos y homilías.
Su amor por el fútbol se remonta a su infancia, cuando jugaba como portero en la firme con sus amigos. En una entrevista en 2015, el Papa Francisco recordó con cariño esos momentos y dijo que siempre se consideró un “pata dura”, es decir, alguien con habilidades limitadas para el deporte. Sin embargo, eso no impidió que disfrutara del juego y que lo llevara consigo a lo largo de su vida.
Para el Papa Francisco, el fútbol no solo era un deporte, sino una forma de conectar con las personas y de transmitir valores como el trabajo en equipo, la solidaridad y la humildad. En una ocasión, dijo: “El fútbol es mucho más que un juego, es una escuela de vida, una oportunidad para educar a los jóvenes y enseñarles a ser mejores personas”.
Estas palabras reflejan la importancia que el pontífice daba al deporte en la sociedad, especialmente en la juventud. A través del fútbol, el Papa Francisco logró acercarse a las personas, especialmente a los más jóvenes, y transmitirles su mensaje de amor y esperanza.
Su amor por el deporte también se manifestaba en su apoyo a iniciativas que promovían la inclusión y la igualdad en el fútbol. En 2019, el Papa Francisco se unió a la campaña “Fútbol sin límites”, que buscaba potenciar la integración de personas con discapacidad en el deporte.
Además, como buen argentino, el Papa Francisco era un gran fanático de la selección nacional de su país y nunca perdió la oportunidad de mostrar su apoyo y aliento al equipo. En la Copa Mundial de Fútbol de 2018, el pontífice incluso se reunió con los jugadores y les regaló una camiseta con su nombre en la espalda.
Su amor por el fútbol también trascendió fronteras y lo llevó a tener un encuentro con el astro argentino Lionel Messi en 2013, a quien le regaló una camiseta autografiada y le agradeció por ser un gran modelo a seguir para los jóvenes.
El fútbol fue una parte importante en la vida del sumo pontífice argentino, quien siempre lo utilizó como una utensilio para acercarse a las personas y transmitir su mensaje de amor y esperanza. Su pasión por el deporte y su humildad quedaron plasmadas en su autobiografía “Esperanza”, donde se definió a sí mismo como un “pata dura” sin muchas habilidades para jugar, pero con un corazón lleno de amor y compasión por los demás