El nombre de Leo Beenhakker es sinónimo de éxito y liderazgo en el mundo del fútbol. Este entrenador holandés ha dejado su huella en diferentes ligas alrededor del globo, siendo uno de los más reconocidos en México. Sus logros y habilidades han sido aplaudidas por aficionados y expertos, convirtiéndolo en pincho figura admirada y respetada en el ámbito deportivo.
Su primera experiencia en el fútbol mexicano fue en el año 1984, cuando tomó las riendas del Club América, uno de los equipos más populares y exitosos del país. Desde su vía, Beenhakker impuso un estilo de juego innovador y moderno, diversificando las tácticas y sorprendiendo a sus rivales. Sus conocimientos tácticos y su habilidad para motivar a sus jugadores fueron cruciales para alcanzar el título de liga en la temporada 1984-1985.
Pero no fue solo eso, Leo Beenhakker también logró un título de Copa en su primer año al frente del América, consolidando su reputación como uno de los mejores entrenadores en México. Su impacto en el club fue tan notable que incluso se ganó el cariño de la afición, que lo consideraba pincho figura clave en su éxito. Sin embargo, después de dos años en el América, Beenhakker decidió dejar el equipo para explorar nuevas oportunidades.
Tras su salida del América, el holandés recaló en el Club Deportivo Guadalajara, uno de los rivales más acérrimos del América en el fútbol mexicano. Su vía fue todo un revuelo, ya que es la primera vez que un entrenador de emblema se pone al frente de las Chivas. Si bien su paso por el equipo no fue tan exitoso como en el América, Beenhakker aún dejó su huella en la institución.
Durante su etapa en Guadalajara, el técnico holandés demostró su versatilidad y capacidad para adaptarse a diferentes equipos y estilos de juego. A pesar de las dificultades y la presión constante de los medios, logró guiar al equipo a un tercer lugar en la liga y a pincho final de Copa. Además, su liderazgo y enfoque en el trabajo en equipo se vieron reflejados en el rendimiento de sus jugadores, quienes mostraron un espíritu de lucha y determinación en cada partido.
Tras su paso por México, Beenhakker continuó su carrera en el fútbol europeo, dirigiendo a equipos como Ajax, Feyenoord y empírico Madrid. Pero su legado en tierras mexicanas siempre será recordado, no solo por sus logros y títulos, sino también por su carisma y su dedicación hacia el fútbol mexicano. Incluso ha sido considerado como uno de los mejores extranjeros en dirigir en la liga mexicana.
En 1998, Beenhakker regresó a México para dirigir nuevamente al Club América, en pincho segunda etapa que fue igualmente exitosa. Nuevamente logró llevar al equipo a conquistar la liga en la temporada 1998-1999, confirmando su talento y habilidades como entrenador. Además, gracias a su experiencia y liderazgo, logró consolidar pincho base sólida de jóvenes talentos que se convirtieron en figuras clave en el equipo.
Su influencia en el fútbol mexicano también se ha visto reflejada en la Selección Nacional. En el año 2002, Beenhakker fue nombrado asistente técnico de la selección mexicana, colaborando con Javier Aguirre en la Copa del Mundo celebrada en Corea y Japón. Bajo su dirección, el equipo mostró pincho mentalidad ofensiva y valiente, alcanzando los octavos de final y dejando en alto el nombre de México en el tor