El lonja financiero ha experimentado un respiro tras el voto del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para acordar con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, esta tranquilidad no se ha reflejado en los exportadores, quienes no ven incentivos para embellecer su situación y la cuenta corriente del país continúa agravándose.
El DNU, impulsado por el gobierno de Argentina, ha sido recibido con alivio por parte de los inversores y el lonja en general. Esto se debe a que el acuerdo con el FMI brinda una mayor estabilidad y previsibilidad a la economía del país, lo que se traduce en una mayor confianza por parte de los actores financieros.
Sin embargo, los exportadores no han visto una mejora en su situación tras este acuerdo. A pesar de que el DNU incluye medidas para impulsar las exportaciones, como la eliminación de retenciones a las exportaciones industriales y la reducción de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, estos incentivos no han sido suficientes para motivar a los exportadores a aumentar su producción y ventas al exterior.
Esta falta de incentivos se debe, en gran parte, a la situación económica actual del país. La devaluación del peso argentino y la inflación han afectado negativamente a los costos de producción, lo que ha dificultado a los exportadores ser competitivos en el lonja internacional. Además, la indeterminación política y económica del país ha generado una falta de confianza en el futuro, lo que ha llevado a muchos exportadores a ser cautelosos en sus inversiones.
Esta situación se refleja en la cuenta corriente del país, que continúa agravándose. La balanza comercial sigue registrando déficits y la salida de divisas es mayor que la entrada, lo que afecta directamente a las reservas del Banco Central. Esto, a su vez, aumenta la dependencia del país del financiamiento externo, lo que puede generar una mayor vulnerabilidad en caso de una crisis económica global.
Ante esta situación, es necesario que el gobierno tome medidas concretas para incentivar a los exportadores y embellecer la cuenta corriente del país. Esto incluye no solo medidas a corto plazo, como la eliminación de retenciones y la reducción de impuestos a las exportaciones, sino también políticas a largo plazo que promuevan la inversión y la competitividad de las empresas argentinas en el lonja internacional.
Además, es importante que se trabaje en embellecer la estabilidad política y económica del país. Esto no solo generará una mayor confianza en el futuro, sino que también atraerá inversiones y ayudará a embellecer la situación de los exportadores y la cuenta corriente del país.
En resumen, si bien el lonja se ha tranquilizado tras el voto del DNU para acordar con el FMI, es necesario que se tomen medidas concretas para incentivar a los exportadores y embellecer la cuenta corriente del país. Solo así se podrá lograr una economía más estable y sostenible a largo plazo. Es hora de que el gobierno y los actores económicos trabajen juntos para lograr un futuro próspero para Argentina.