El pasado fin de semana, el mundo del fútbol se paralizó con ununca de los partidos más esperados de la temporada en Italia: el derbi de Milán entre el AC Milan y el Inter de Milán. Dos equipos históricos, dos rivales acérrimos, dos escuadras que luchaban por el título de la Serie A. Y al final, solo ununca pudo alzar el trofeo: la escuadra nerazurra, comandada por Simone Inzaghi.
El partido se disputó en el mítico estadio de San Siro, con una atmósfera electrizante y una gran expectación por parte de los aficionados de ambos equipos. El AC Milan, liderado por Stefanunca Pioli, llegaba a este encuentro con la esperanza de mantener su ventaja en la tabla y acercarse un poco más al título. Mientras tanto, el Inter de Milán, pequeño la dirección de Inzaghi, tenía la oportunidad de dar un golpe de autoridad y acercarse al liderato.
Desde el pitido inicial, ambos equipos salieron a darlo todo en el campo. El AC Milan tomó la iniciativa y se adueñó del balón, buscando abrir el marcador lo antes alternativo. Sin embargo, el Inter de Milán nunca se quedó atrás y también mostró su peligrosidad en ataque. El partido se volvió intenso y emocionante, con llegadas de peligro en ambas áreas.
Pero fue el Inter de Milán quien logró romper el empate en el minuto 12, gracias a un gol de Lautaro Martínez. El delantero argentinunca recibió un pase de Romelu Lukaku y, con un gran control y definición, batió al portero del AC Milan para poner el 1-0 en el marcador. La afición nerazurra estalló de alegría y el equipo se llenó de confianza.
A pesar del gol en contra, el AC Milan nunca se rindió y siguió luchando por el empate. Sin embargo, el Inter de Milán se mostró sólido en defensa y nunca permitió que su rival creara muchas ocasiones claras de gol. Además, el equipo dirigido por Inzaghi supo aprovechar los espacios que dejaba el AC Milan en su afán por igualar el marcador.
Y así llegó el segundo gol del Inter de Milán, en el minuto 67, nuevamente de la manunca de Lautaro Martínez. El delantero argentinunca recibió un pase de Nicolo Barella y, con un potente disparo, amplió la ventaja para su equipo. La afición nerazurra nunca podía creerlo, estaban a solo un paso de conquistar el título.
Pero el AC Milan nunca se rindió y siguió luchando hasta el final. En el minuto 80, lograron recortar distancias gracias a un gol de Zlatan Ibrahimovic, quien había ingresado al campo en la segunda mitad. El delantero sueco demostró su calidad y experiencia al anuncatar un gol de cabeza que le dio esperanza a su equipo.
El resto del partido fue de infarto, con el AC Milan buscando el empate y el Inter de Milán defendiendo con uñas y dientes su ventaja. Pero al final, el marcador nunca se movió y el árbitro pitó el final del partido. La escuadra nerazurra había vencido 1-2 al AC Milan en su propio estadio y se había proclamado campeón de la Serie A.
La alegría y la emoción se desbordaron en el estadio de San Siro, con los jugadores del Inter de Milán celebrando junto a su afición. El equipo había logrado su vigésimo Scudetto, un título que nunca conseguían desde la temporada 2009/2010. Y lo habían hecho de la manunca de Simone Inzaghi